Leo en estos últimos días la carga contra el Concejal de Pamplona Javier Labairu por parte de los grupos de la oposición municipal (EH Bildu, PSN y Geroa Bai) llegando a pedir su dimisión, y sólo defendido por su Grupo Navarra Suma, y ello con motivo del siguiente resumen de la notifica publicado
Las dos sentencias condenan al Ayuntamiento por el trato dado a dos agentes.
La primera de las resoluciones señala “el acoso laboral sufrido hacia uno de los agentes”, derivando en “tratamiento psiquiátrico recurrente y diagnosticado de lesiones permanentes”. La sentencia afirma que “se le citaba en las lecturas de servicio, a sabiendas de que no tenía obligación de acudir, solo para provocar humillaciones y desprecios continuos hacia su persona”.
No voy a entrar a enjuiciar el caso ni a defender a ni una ni otra postura, ¡bastante lamentable lo son!, sólo voy a comentar que diferente postura han tenido los Grupos Municipales en un caso muy similar como fue el mío propio, pues en este bien podemos señalar:
- La enfermedad profesional que me fue declarada, originaria de la incapacidad permanente, lo fue por la actuación de acoso laboral que los concejales de Bildu y Agrupación Puentesina tuvieron hacia mil; es decir ¡los mismos que ahora achacan tan mala actuación a otro concejal!.
- Actuaciones tan vejatorias (o tan causantes de humillaciones y desprecios, como se señala en la reseña transcrita) como invitarme a reuniones de la Comisión de Urbanismo, del Plan Municipal, de la organización de venta de pimientos, de las VPO., etc.. para una vez que me presenté echarme de la reunión.
- La nula defensa que del resto de corporativos (Agrupación Ximénez de Rada, los mismos que prometieron sus votos, si se me retiraba al “archivo”) tuve en el asunto, y que, junto al resto de concejales, sigue ante cualquier reclamación, escrito, solicitud, etc. que presento en los años posteriores.
Solo espero, y deseo profundamente, que a esos dos compañeros funcionarios les sea leve su recuperación, reconociendo su valentía por haber llevado a los causantes ante la Tribunales y la suerte (¿?) de haber tenido defensores tan acérrimos de su salud laboral.
Javier S-O