El pasado día 24 de Junio. Miguel Sanchez-Ostiz publicaba en el «Diario de Noticias» un comentario con el título de «CORTE DE MANGAS», del que merece la pena destacar algunos de sus parrafos, y, entre ellos, los de:
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Corte de mangas el que desde aquí le hacemos a toda la horda que de esa forma se atrinchera para que nadie, de la manera que sea, les pueda pedir cuentas por lo que han hecho y dejado de hacer, ni dentro del Parlamento ni en la calle.
Estamos en manos de una banda de chulos que en el mejor de los casos te dirán «Vaya usted al juzgado si quiere», frase que enmascara el desprecio más absoluto. ¿Qué juzgado? ¿Acaso uno dirigido por un juez Dívar?
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Estoy radicalmente en contra de un sistema autoritario basado, entre otras cosas, en la desigualdad ante la ley, en los privilegios y en un sistema de impunidad que más que fortalecer la seguridad, protege el sometimiento del siervo hacia el amo. No tengo por qué creer en la palabra del funcionario de baja instrucción porque no hay ley alguna que me obligue a ello. En otro caso que me muestren el texto legal que así me obliga. Todo esto resulta ofensivo. Esta gente hace lo que le da la gana y vive en el abuso más completo porque la protegen hombres de mano. Sus cuentas de gastos y sus representaciones y sus mandangas quitan el hipo.
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¿Qué nuevo arte de gobernar es este en el que los ciudadanos no tienen derecho a enterarse de lo que pasa? Ni los ciudadanos ni sus representantes en la medida en que también se miente a estos o se les hurta la posibilidad de hacer preguntas en cámara o se suspende el debate sobre el Estado de la Nación. Un nuevo estilo ya digo, que ahonda el régimen autoritario que se va imponiendo.
¿Respeto? Solo tienen el de sus secuaces y lacayos, y el nominal que pueden imponer a punta de porrazo o de multazo, es decir ninguno en este segundo caso, porque eso no es respeto, eso es amedrentamiento, sometimiento social, jamás respeto, sino una máscara del servilismo. Un sistema que protege la impunidad flagrante e ilimitada de los gobernantes y el sometimiento cada vez mayor y más silencioso de los gobernados no a la ley, sino al capricho y a las cucamonas de gente como el apeinetado Miranda no está basado en el respeto sino en el miedo. Ese es un sistema legal que es preciso revisar y subvertir en la medida en que se pueda para impedir abusos de autoridad, …………